Blogia
PALABRAS DE MUJER

DIETAS

DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA LA CELULITIS

Muslos, nalgas, vientre, interior de las rodillas, brazos, y cuello, según las edades, son los puntos del cuerpo donde las mujeres subrimos más de Celulitis. La antiestética “piel de naranja” tiene diez enemigos. ¡Combátela en sus lugares favoritos!  

1. Habitúate a un día depurativo

Para limpiar tu aparato digestivo y eliminar toxinas, efectúa una depuración con zumos vegetales, exprimiéndolos y licuándolos en el instante y tomando medio litro antes de cada comida y cena, que deben ser moderadas. Algunos de los vegetales más adecuados son: apio, hinojo, espinacas o manzana. Otra opción para su jornada depurativa, consiste en ingerir sólo frutas, hortalizas o verduras de la temporada, sin olvidar la ingestión de abundante líquidos.

 2. Refuerza tu aporte de hierro


Además de prevenir la anemia, las verduras, hortalizas y alimentos ricos en hierro deben estar presentes en tu mesa, porque la carencia de este mineral favorece la aparición de la celulitis y dificulta su eliminación. Presta especial atención al hierro, si sigues un régimen para adelgazar muy estricto, que puede inducir deficiencias nutricionales, y si tienes menstruaciones abundantes, ya que la pérdida de sangre te debilita. Consulta a tu médico la posibilidad de tomar un suplemento.

3. Mantén el salero bajo control

  Reduce el consumo de sodio, el cual no sólo está presente en la sal de mesa, sino en los productos precocinados, ahumados y embutidos. En vez de la sal refinada, que favorece la retención de líquidos, usa la marina “completa” o “gorda”, que contiene decenas de minerales y da más sabor con menos cantidad. Utiliza más especias vegetales para condimentar.   

4. Prueba con las infusiones

La cola de caballo, la salvia y el té verde, son plantas medicinales eficaces para eliminar los líquidos y las toxinas. Otras tisanas que ayudan a evitar la celulitis son el taraxaco, la menta, el hinojo y el espino blanco.

 5. Controla tu peso

Aunque una dieta baja en calorías ayuda a combatir la celulitis, este problema también ataca a las mujeres delgadas. En todo caso, ten en cuenta que tanto las dietas ricas en grasas, que fomentan la obesidad, como los regímenes demasiado estrictos, aceleran y empeoran la celulitis.  

6. Hidrátate en abundancia

Toma al menos dos litros de líquido al día: de ellos ocho vasos de agua, entre comidas, y el resto en infusiones, caldos, zumos naturales y bebidas “light”, salvo alcohol. La hidratación facilita el trabajo de los riñones, la depuración orgánica, la circulación, la eliminación de líquidos, y ayuda a que actúe la fibra, para mejorar sus evacuaciones.

7. Decántate por lo natural

Los alimentos fritos, pesados, envasados, procesados o refinados, o con aditivos, conservantes, colorantes o sustancias artificiales, además de dificultar la digestión y aportar azúcares y grasas, aumentan la acumulación de toxinas. En cambio, los alimentos crudos, cocidos al vapor, biológicos, naturales e integrales, se digieren y asimilan mejor, aportan más nutrientes y menos compuestos tóxicos.

8. Toma más fibra para agilizar el intestino

Las comidas ricas en fibras vegetales, que confieren humedad y volumen a las heces, facilitando su formación, movimiento y eliminación intestinal, son un valioso aliado para prevenir y aliviar el estreñimiento, que aumenta la acumulación de toxinas en sus tejidos. Las frutas, verduras, legumbres y cereales completos, son las mejores fuentes naturales de este compuesto que también puedes tomar en suplementos como el "plantago ovata" o el salvado.

9. Equilibra el potasio

Este mineral, que trabaja "en equipo" con el sodio, para regular la cantidad de agua presente en el organismo y el delicado mecanismo que determina su distribución, es uno de los suplementos más prescritos por los médicos. Su carencia, además de fomentar el acné y la piel seca, altera el equilibrio hídrico. Lo encuentra en las frutas y frutos secos, hortalizas crudas, coles, plátano y berenjenas.  

10. Elige las formas de cocción más saludables

Para las carnes y pescados, utiliza la parrilla, plancha, brasa, hervido, horno y papillote. Las verduras, siempre que puedas, tómalas crudas, o en su defecto hechas al horno, la plancha, hervidas, al vapor o en microondas. Los huevos puedes consumirlos pasados por agua, escalfados, revuelto o en tortilla.  

FUENTE: Terra México/ EFE    

CONSEJOS DE COMO SEGUIR UNA DIETA

CONSEJOS DE COMO SEGUIR UNA DIETA

Antes de comenzar un régimen, es importante tomar ciertas precauciones para que ésta sea favorable para tu salud y no perjudicial. Por eso, hay que comenzar por elegir una dieta que no te prohíba comer, sino que ordene tus hábitos alimenticios.  

Una dieta no se puede hacer a la ligera, pues necesita mucha responsabilidad para producir efectos beneficiosos en el organismo y no afectarlo más que los kilos de sobra que llevamos en el cuerpo.

Por eso, es necesario seguir ciertos consejos que te ayudarán a ordenarte y, por supuesto, ser cuidadosa a la hora de adelgazar. Toma nota:

1.- Visita a tu médico para que te oriente
2.- Conversa con él hasta dónde puedes llegar, es decir, el objetivo alcanzable.
3.- Realiza cinco comidas diarias.
4.- Planifica con anticipación lo que vas a comer.
5.- Prepara el plato que comerás cuando no tengas hambre, de lo contrario te servirás más de la cuenta.
6.- Anda de compras con las ideas claras y una vez que hayas comido, así no te tentarás a comer otras cosas.
7.- Establece un horario fijo para comer.
8.- Come sentada y sin apuros.
9.- Sírvete en platos pequeños.
10.- Mastica lentamente y come pequeños bocados.
11.- Bebe entre 1.5 a 2 litros de agua al día.
12.- No piques entre horas.
13.- Pésate una vez a la semana o cada dos, pero nunca todos los días.
14.- Busca apoyo en tu familia.
15.- Complementa la dieta con ejercicio físico acorde a tu estado.
Hay que tener en cuenta que una vez que se ha conseguido el objetivo hay que hacer una dieta de mantenimiento. Este paso es muy importante ya que la obesidad es un trastorno metabólico crónico y la tendencia a recuperarlo siempre existe.

FUENTE: TERRA/PERÚ

ADELGAZA CON UNA DIETA INTELIGENTE

ADELGAZA CON UNA DIETA INTELIGENTE

Baja de peso y gana salud aprendiendo a comer sin quebrar el delicado equilibrio metabólico de tu organismo. Es una propuesta dietética basada en la correcta combinación de alimentos.

Existen infinidad de dietas para adelgazar, todas ellas representan sacrificios diferentes y ofrecen resultados inmediatos, si bien en cierta medida estos son visibles, a largo plazo los resultados se revierten y, lo que es peor, se aumenta el doble de peso de que se dispuso a bajar en un principio.

Frente a este hecho algunos especialistas recomiendan que la mejor dieta es aquella en la que “se come de todo pero en poca cantidad”. Nada más erróneo pues ello lleva a mezclar alimentos tan dispares como leche, carnes, féculas, grasas y azúcar, lo que al final provoca sobrepeso y una serie de trastornos sobre la salud.

La dieta inteligente es una alternativa para bajar de peso ante todos lo regímenes ya existentes y cuya propuesta es muy sencilla: saber qué alimentos combinar en la misma comida y cómo seleccionar aquellos alimentos con menos calorías. No obstante, para poder comprender cómo funciona la dieta inteligente es preciso entender el arte de comer y el mecanismo de la digestión.

La importancia de la digestión

El verdadero arte de comer consiste en digerir completamente todo el alimento, para que todas las sustancias nutritivas, incluyendo los aminoácidos, vitaminas y minerales, puedan asimilarse. Para ello el organismo separa los alimentos en sus componentes más simples.

Todo este proceso recibe el nombre de digestión y se realiza mediante los órganos del aparato digestivo. Durante el trayecto que sigue el alimento desde la boca hasta el intestino, entra en contacto con sustancias llamadas enzimas que lo descomponen en partes cada vez más pequeñas, hasta obtener los nutrientes en forma asimilable, por esta razón son esenciales para la vida. En nuestro organismo existen numerosas enzimas digestivas, cada una con acción específica. Así, tenemos enzimas para digerir el almidón, otras que captan las proteínas y otras capaces de separar las grasas.

Cada enzima requiere condiciones especiales de acidez para actuar con la máxima eficacia. El organismo está en situación de proporcionar estas condiciones en los diversos órganos implicados en la digestión, según el tipo de alimento de que se trate.  

Así por ejemplo, cuando se come un alimento que contiene almidón –como el pan o la harina- , en la cavidad oral se activan las condiciones para su digestión y se segrega la enzima tialina, que es la que digiere los carbohidratos. Una vez que el bolo de pan o harina es deglutido y llega al estómago, el organismo retarda la producción de ácido clorhídrico (principal jugo gástrico) para permitir que la tialina siga actuando durante el tiempo suficiente.

Por el contrario, cuando se ingiere alimentos proteicos su digestión se inicia en el estómago por obra de otra enzima, la pepsina, que se activa en un ambiente ácido. Entonces, comiendo carnes, el estómago procede inmediatamente a producir ácido clorhídrico para aumentar su nivel de acidez y de este modo prepararse para una rápida digestión.

En este sentido, es evidente que el consumo de alimentos proteicos y de alimentos ricos en almidón en una misma comida tiene el efecto de obligar al organismo a un trabajo muy difícil, volviendo lento y menos eficaz todo el proceso de digestión.

Se puede decir entonces que el proceso de la secreción de enzimas es como el funcionamiento de un reloj. Cada una de las enzimas se desprende de acuerdo con la clase de alimentos que se ha comido. Ya sea una proteína, almidón, azúcar o verduras.

El fisiólogo Emil Fischer dio probablemente la explicación más clara de la relación entre alimento y enzimas. Comparó esta relación bioquímica con una cerradura y una llave, siendo el alimento una cerradura, y la enzima la llave, demostró que se necesita una llave especial para abrir cada cerradura distinta.

Si la llave no encaja exactamente en la cerradura, el alimento no se descompone, y el proceso de digestión o bien se retarda o no ocurre en absoluto. Entonces, sólo se puede abrir la cerradura con la correcta llave enzimática.

Cada enzima actúa de forma especializada: descomponiendo una clase de alimento y sólo esa clase. Una enzima que se combina con una molécula de carbohidrato no reaccionará con una combinación proteica o con una grasa. Así pues, no deben mezclarse en la misma comida diferentes clases de alimentos, por el contrario, debe intentarse combinar alimentos que requieran condiciones digestivas similares para así simplificar al máximo el trabajo del organismo.

FUENTE: TERRA/PERU